La normatividad actual ha generado que la conformación de pequeñas y medianas empresas se vea obligada a establecer directrices de protección para evitar la accidentalidad laboral y las enfermedades de origen laboral además de medir los diferentes impactos que ocasionan en el ámbito administrativo por los factores psicosociales, de relacionamiento, clima laboral, psiquis individual y el costo que causa dentro de las organizaciones.

 En Colombia han sido pocos los desarrollos teóricos e investigativos que se han generado en esta temática y en ocasiones, no se tiene en cuenta la importancia de generar un ambiente laboral seguro para los empleados de las PYMES, debido a la falta de capacitación empresarial o desconocimiento normativo incurren en el no cumplimiento de éstas, obteniendo como resultado el incremento de la accidentalidad laboral y las enfermedades laborales; por lo tanto, se debe empezar a concientizar a los empleadores de los riesgos económicos que esto genera, reduciendo así los gastos excesivos en sanciones e indemnizaciones y a su vez las incapacidades laborales.

Las cifras mundiales son alarmantes, según la OIT “anualmente ocurren más de 317 millones de accidentes en el trabajo”¹. Partamos de la situación del país, cuya población en edad de trabajar es del 70% y que de estos más de 20 millones de personas entre empleos formales e informales, se encuentran económicamente activos. La necesidad de hacer comprender a los empleadores de los riesgos a que conlleva no contar con programas que prevengan la accidentalidad, debe traducirse a términos concretos. Responsabilidades civil, penal, laboral y administrativa se adquieren cuando se es empleador, el Ministerio de Protección social cuantificó en más de quinientos millones de pesos la multa que debería pagarse como consecuencia de un accidente moral de trabajo². Aun así según datos del DANE y FASECOLDA³ a 2012 un 95% de trabajadores dependientes se encontraban afiliados a la ARL, no obstante, la afiliación de las pequeñas empresas así como los independientes era ínfima, poniéndose en riesgo desde el capital del negocio hasta las vidas mismas de los empleados. El gobierno encontró que al crearse en 2008 la Planilla Integrada de Liquidación de Aportes (PILA) se logró con éxito el ingreso de miles de personas al sistema de riesgos laborales. No obstante, frente a los independientes y aquellas empresas que realizan contratos inferiores a un mes todavía están en riesgo muchos trabajadores.

En 2013, Margarita Pérez y Ana Muñoz⁴ realizaron un estudio con datos de una administradora de riesgos laborales, con la cual pudieron identificar: a) 87% eran hombres, b) 96% fueron accidentes propios del trabajo y c) ni un 1% fueron mortales. Es una muestra significativa si tenemos presente que eran casi 164.000 accidentes laborales. El Fondo de Riesgos Laborales, entidad adscrita al Ministerio del Trabajo publica anualmente el consolidado de estadísticas de accidentes y enfermedades laborales, por medio del cual podemos conocer que en el año 2016⁵.

1. http://ilo.org/global/topics/safety-and-health-at-work/lang--es/index.htm (OIT, 2014)
2. http://fondoriesgoslaborales.gov.co/documents/Publicaciones/Estudios/accidente-de-trabajo-mortal.pdf (Social, 2017)
3. http://www.fasecolda.com/files/2813/9101/0320/parte_i.captulo_5_el_sistema_general_de_riesgos_laborales_en_colombia.pdf (Zambrano, 2013)
4. http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/fnsp/article/view/15255/20779799  (Pérez & Muñoz, 2013) 
5. http://fondoriesgoslaborales.gov.co/seccion/informacion-estadistica/2016.html  (Laborales, 2016)